Fumanchu escribió:::::::::::::::::::
Si hubieras de contar tu sueldo, me imagino que la explotacion daria rentabilidad cero o por ahi.
Llevas mucha razon, Ebano. A mi lo que mas miedo me da es cuanto tiempo podre estar con mis hijos si me meto en esto, y tambien que si mi mujer cambia de idea en dos ańos, que hago, devuelvo la subvencion o me divorcio, ruina por ambas cosas.
Mi explotación es matemáticamente rentable. No se puede decir tampoco rentabilidad 0 a no tener apenas ingresos en el bolsillo, por la sencilla razón de que después de no trabajarla diariamente a pie de obra, porque hay personas a buen sueldo que la llevan, después de 20 años abierta, ella solita ha pagado absolutamente todo lo que se debía de absolutamente todas las inversiones que se han ido haciendo desde el principio, préstamos e intereses incluidos en la propia explotación y mucha gente en ovino de carne no tiene unas instalaciones preparadas así ni de lejos. Y cuando empecé con ella era una finca vacía y literalmente arrasada tras otros 25 años de arrendamiento desde que murió mi suegro. Así que por lo menos ese patrimonio en inversiones de todo tipo, ovejas, maquinaria, naves, instalaciones, agua corriente, depósitos y decenas de km de alambradas y puertas, aunque si lo vas a vender, nadie te lo paga, gracias a Dios permite seguir abriendo la puerta cada día, que cuesta 500€/diarios y manejar aquello incluso diría que con enorme eficiencia comparado con la media, si el cordero se pagara simplemente por lo que cuesta criarlo. Entonces si quedaría la PAC íntegra y la lana como beneficios netos de explotación antes de impuestos. Pero parte se la lleva el negocio en costes. La diferencia entre 60 y 80 euros como media que debería pagarse por un cordero aproximadamente (y eso en una explotación más bien productiva que venda de 1,5 corderos por oveja y año para arriba, o que tenga mucha tierra poca densidad y coman del campo todo el año aunque saquen menos corderos.
Y sin embargo, con los precios existentes del cordero, que no son más que una forma de subsidio encubierto para que funcionen las cooperativas y malvivan los ganaderos que comen de ese trabajo (más que negocio), si después de pagar año a año las deudas, se ha ido repartiendo alguna perrilla para las navidades unos años si y la mayoría no, con no tener que abandonar y poder seguir adelante hay que darse por contentos.