JeJe, esto me recuerda la anécdota que contaba un hombre de la zona. Resulta que su padre era un borrachete, llegaba todos los días pimplado a casa, la mujer ya estaba harta y un día se le ocurre mandar a dos o tres de los hijos al encuentro del padre cubiertos con una sábana y una vela en la mano, ( no había luz pública ), cuando se encontraron con él uno dijo: ¡¡ alma en pena !!, el hombre se le quedó mirando y respondió: ¡ bebe vino, ya verás como te pasa !, y continuó su camino tan campante.
P.D. Parezco el abuelo Cebolleta, jajaja. Pero todas estas cosas que cuento fueron verídicas.