resalveo de quejigos

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Matla
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Mensaje por Matla »

 Hola a tod@s.
 Queremos realizar un resalveo en un monte bajo de quercus faginea y algo de encina, con la finalidad de convertirlo en monte alto, tras sucesivas cortas.
  Pensamos hacerlo durante este mes de Octubre, dicen que las mejores fechas son Agosto y Septiembre. ¿que os parece hacerlo este mes?
 Pues eso,l haber si nos dais algun consejo sobre resalveo.
 graciasMatla2009-10-03 03:47:44
Gafao3
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Mensaje por Gafao3 »

Te pongo lo que encontré en la web ricondelvago.com, a ver si te sirve:2. RESALVEOS DE CONVERSIÓN A MONTE ALTO. Objetivos. El
objetivo fundamental de este tratamiento, es la conversión(cambio en la
forma fundamental de masa) del monte bajo a monte alto, mediante la
promoción al estrato superior de una parte de los pies (resalvos) para
que asfixien al resto, limpien el sotobosque y produzcan bellota que
den lugar a pies procedentes de semilla (regeneración sexual), sin las
limitaciones que representan los chirpiales. Otros objetivos serían: Reducir
la espesura de forma gradual posibilitando el crecimiento diametral y
longitudinal de los resalvos (chirpiales reservados) consiguiendo
varios objetivos: *Disminuir el riesgo de incendio forestal. *Otorgar
a los montes un uso preferentemente pastoral, sin desestimar el posible
aprovechamiento final para obtención de madera de sierra, que en el
caso de la encina puede llegar a obtener piezas de calidad aceptable. *Aportar al monte un posible uso recreativo. El
resalveo de conversión frente al tratamiento de monte bajo regular,
presenta en España gran interés desde el punto de vista de protección
hidrológica-forestal de cuencas. Tener la posibilidad, al menos
durante las primeras fases, de tener varias alternativas futuras. Estas
son fundamentalmente la obtención de: *Un fustal a monte bajo, parecido al monte alto. *Un monte adehesado. *La
vuelta al monte bajo en las condiciones iniciales, debido al agresivo
rebrote de raíz de la encina. En el caso de los quejigos y el castaño
está más limitada esta posibilidad. Limitaciones
En cuanto a especie: en el caso de la encina y rebollo no presenta
limitaciones específicas pues sus cepas y raíces producen brotes de
longevidad y vigor adecuados (algo más limitado es el caso del quejigo,
excepto Quercus canariensis). En cuanto a estación: como ya se
ha comentado, los brotes han de tener un vigor y longevidad óptimos, en
las etapas previas al resalveo. Por tanto está indicado este
tratamiento en los rodales de mayor calidad del monte (piedemonte,
umbrías y zonas de humedad por compensación). En cuanto a
protección hidrológico-forestal: este tratamiento se puede aplicar en
zonas con pendiente inferior al 30 % (SERRADA, 1990), puesto que como
comenta el profesor SAN MIGUEL (1983)”: ....... un adehesamiento o
clara fuerte en las partes superiores de las laderas de función
predominantemente protectora, pueden tener efectos catastróficos e
irreversibles sobre la productividad del valle y la estabilidad de la
propia ladera”. Descripción del tratamiento. Vamos a ver los diversos pasos de que consta el tratamiento. Partiendo
de la situación más desfavorable que seria aquel monte bajo sometido a
un pastoreo abusivo de tal manera que las matas presentan portes
redondeados, recomidos y de escasa talla (matas “cabreadas”). Como fase
previa al tratamiento de resalveo y para incrementar el desarrollo de
los chirpiales será conveniente realizar una roza de regeneración, que
consiste en un recepe entre dos tierra a la altura del cuello de la
raíz guiando el crecimiento del brote más vigoroso, que será muy
superior al de la mata inicial. Posteriormente se procede al
desraizamiento que consiste en la separación del nuevo sistema radical
generado por el brote, del entramado radicular de la cepa madre, para
que se pueda formar en cada brote una nueva encina con un sistema
radical de la misma edad que su parte aérea (DE SIMON, 1995). Por
ultimo, se acota al ganado hasta que los brotes sean lo suficientemente
grandes como para resistir la presión ramoneadora. Los tiempos de
acotamiento pueden oscilar dependiendo de la calidad de estación y del
tipo de ganado y como cifras orientativas pueden considerarse las
siguientes: de 2 a 3 años para oveja; de 5 a 8 años para cabra y de 10
a 15 años para vaca. Una vez transcurrido este tiempo, se aplica el procedimiento general de resalveo de conversión cuyo proceso será el siguiente: Abrir
el monte al pastoreo del ganado, fundamentalmente con ganado caprino
(también vacuno), para contener el crecimiento de los nuevos brotes y
dejar envejecer los brotes para que aquellos de peor calidad
(puntisecos) aparezcan. Este envejecimiento puede ser dos veces al
turno del monte bajo, sin superar nunca el 50 % del turno del monte
alto. Realizar una primera clara, respetado un buen numero de resalvos por hectárea. Simultáneamente
a la primera clara se realizara una roza del matorral, utilizando
desbrozadoras de eje vertical (donde la espesura de los resalvos y el
tipo de terreno lo permitan) que trituran simultáneamente el matorral
en pie. En caso contrario, se utilizara las sierras mecánicas de disco
(más selectivas). Se podaran los resalvos,
hasta la mitad de su altura total, en caso de que presenten ramaje vivo
o ramas muertas. Esta operación no suele ser muy común puesto que el
monte ha estado previamente abierto al pastoreo durante algunos años. Se
dejara el monte abierto al pastoreo, que controlaran el rebrote y la
invasión del matorral heliófilo, que intentará reintroducirse tras la
puesta en luz y la roza. Con el tiempo los brotes dejados
(resalvos), siguen creciendo de tal manera que algunos se “ahogan” en
el interior de la masa y otros se observa que son pocos vigorosos de
tal manera que repetiremos las claras con una periodicidad de 5 a 10
años, (incluso 15 años). Las condiciones técnicas de estas claras periódicas son las siguientes: El
peso de las claras no superaran la eliminación del 20 % de la fracción
de cabida cubierta inicial (MONTOYA, 1987), respetando siempre un 66 %
del suelo cubierto por las copas del estrato superior. El peso de la
clara conviene expresarlo en “número de pies por hectárea”, es decir en
densidad, ya que en ocasiones la irregular distribución de los
chirpiales en el monte puede conducir a error en la ejecución el
utilizar cualquier otro parámetro (SERRADA, 1990). En este caso, la
extracción no será superior al 50 % de la densidad de la masa inicial.
Aplicando este criterio no se supera el 25 % de la reducción de la
superficie foliar en cada extracción. Si se superaran estas
cifras en las claras, se producirá un rebrote muy intenso tras la corta
(que en cualquier caso se produce), que no podrá ser dominado por los
pies reservados, favoreciendo a largo plazo al piso inferior, pues los
resalvos escogidos no prosperarán de una forma adecuada. Algunos datos
aportados por el profesor SAN MIGUEL (1984) en parcelas de
experimentación en quejigo (Quercus faginea) confirman esta tendencia,
pues con extracciones del 70 y 78 % de la densidad inicial, la
producción de rebrotes fue 4,3 y 5,3 veces superior respectivamente, al
obtenido con extracciones del 50 % de la densidad inicial. Se
extraerán en cada clara los pies dominados, deformes, torcidos,
inclinados y puntisecos, reservando los mejores pies, que serán
aquellos que tengan la menor relación “altura total-diámetro normal del
tronco”(menos posibilidad de emitir brotes chupones) y la mayor
relación “diámetro de copa- diámetro normal del tronco”. Es decir
seleccionaremos dentro de la mejor calidad los más “rechonchos” y
“copudos”. Por lo general serán de diámetro normal mayor de 10-12 cm. Las
claras, por tanto serán “selectivas y por lo bajo”, en el lenguaje
forestal clásico (SERRADA, 1990). MONTOYA (1987 y 1993), a este
respecto prefiere las “claras altas”, es decir en cada actuación se
eliminarán parte de los dominantes y los codominantes, reservando los
mejores resalvos de los dominantes y no eliminando los inferiores a 5-7
cm de diámetro normal. De esta manera se pueden obtener productos de
buena dimensión y comercializables que rentabilicen la operación y los
pequeños evitarán la formación de chupones en los resalvos, protegiendo
el suelo y la vida animal, así como generando cierto ramoneo al ganado. En
principio nos inclinamos por el criterio del profesor SERRADA, puesto
que se ha experimentado en diversas parcelas (experiencias en curso) y
por comodidad de cálculo. En cualquier caso habrá que analizar
las condiciones particulares (sociales, económicas, etc.) de cada monte
y quizás esperar más datos de investigaciones que nos hagan inclinarnos
por uno u otro criterio. En ningún caso se extraerán todos los
pies de una cepa o mata, aunque todos sean deficientes, puesto que se
perdería la vitalidad de la misma y no se defenderían los posibles
briznales que haya, puesto que con este tratamiento no se acotara al
pastoreo. Las claras serán necesarias aunque no haya tangencia
de copas entre las matas (cosa bastante frecuente), puesto que la
competencia es más intensa entrelos brotes de una misma cepa y/o mata. Las
claras se realizarán en el período Agosto-Septiembre, para debilitar el
posterior rebrote e incluso algunos de los nuevos brotes se helarán en
invierno, permitiendo además cierto ramoneo de los brotes cortados,
puesto que coincide con el período de mínima (a veces nula) producción
herbácea del monte. Un tratamiento complementario a este
resalveo de conversión sería el relleno de los claros y calveros de
peor calidad del encinar con plantación de coníferas (pinos
generalmente), lo que suele denominarse con el galicismo
“enresinamiento”. Este enriquecimiento cuidadoso y racional es deseable
y se complementa perfectamente con el resalveo.
Ilexilex
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Registrado: 11 Feb 2005, 09:25

Mensaje por Ilexilex »


Yo siempre lo hago en invierno, empezando mas o menos ahora (se trata de un lugar muy frio, ya hemos tenido -5ºC).  No veo la ventaja de hacerlo en septiembre.  Agosto si me parece algo mejor, pero claro, es arriesgado por el tema de incendios.Respecto al articulo del rincondelvago, me sorprende bastante la recomendacion de un recepe total.
Ilexilex2009-11-04 13:45:01
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