CRÓNICAS DE AYER DESDE UN PUEBLO ZAMORANO

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alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

       A ver si en "Mis documentos" encuentro la primera. Ahora vuelvo.
alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

        Pues no la encontré, y he habido de copiar. Por eso, y por no cansar, el realto, (continuará).

                LLANTO POR UNO Y POR MIL CAMPESINOS.
 
(Escrito en el verano de 1992, antes de la PAC, basado en un doloroso caso real).
 
            La historia que voy a contar puede que sea verdadera, puede que sea inventada. Si fuere lo segundo, habrá uno y mil campesinos en nuestra región a quien poder atribuísela.
 
            Sus padres eran labradores, como sus abuelos y sus ancestros: labranza de “parcico” de mulas, no bien “apiensadas”, tierras en “colonia”, unas  cuantas “biesas” en “El Raso”, y unos “cachicos” aquí abajo.
 
            Una vaca y algunos “jatos”, “pa” ayudar a “sacar” la familia; el indispensable burro de llevar la simiente, las cebaderas, los cuévanos con el agua y la comida a la siega; un “roto” con cuatro hortalizas, y alfalfa “pa” la vaca; un majuelo en “La Portilla” y el “herrenal”  “p’al centeno”.
 
            La casa de adobe, con la cuadra cerca de la cocina; el gallinero encima de la pocilga, los dos debajo de “la tenada”; el corral con el muladar, eternamente desparramado por la gallinas; la conejera con sus huéspedes alimentados de “cogido”; en el “cabañal”, el carro, la aventadora, la segadora con los cuatro achiperres más,... y: ¡ya está descrito todo el patrimonio!.
 
            Como era el mayor, a los 11 años su padre lo saca de la escuela: -“qué me ayude, que ya va siendo mocico”. Empieza a arar  “al rebezo”, cuando apenas alcanza a la mancera. Más de un “morrión” le dio en la barbilla al chocar el dental con algún “morrillo”. A esa edad se acabaron para él, junto con la escuela, los juegos.
 
            Brega de todo el año: reblar, binar, terciar la barbechera; la siega, el acarreo, la trilla, las limpias; echar el abono, “esparramarlo”, escardar, arrastrar, volear, tapar, en sementera; alumbrar, coger vides, manojar, arar, tapar, azufrar, vendimiar el majuelo; cavarf, plantar, escabuchar, regar con la noria, en el huerto,... . En el invierno, cuando no había otra cosa que hacer, “andar a la piedra pa la carretera”.
 
            El esfuerzo era grande, la recompensa pequeña. Empiezan a dejar de escasear los alimentos. El trigo no sube como la vida. En el pueblo no había comodidades, ni perspectivas. Comienza la desbandada. Los primeros que marcharon, vuelven por la fiesta con gafas y pantalones vaqueros, con el pelo cortado a navaja, con aires de ciudad. Los de aquí seguimos con los pantalones de pana, la camisa de tirilla, el tostado de “los barriales”, y sin haber oído hablar de Elvis Presley: ¡somos unos paletos!.
 
            Un día de esos ásperos de marzo, cuando “el burgalés sarea” rostros y sembrados, apañando vides, una le restalló en la cara. Soltó un taco, tiró la manada y le plantó a su padre: -“me marcho a trabajar a Bilbau”. Ni siquiera esperó a tener la mili cumplida. Además, empezaba a “salir” el siguiente hermano.
 
            Llega a Vizcaya. Peón de la construcción. Los labriegos castellanos somos buena mano de obra. Le espera en la estación uno del pueblo que estuvo con los frailes, y ya es listero. Son los años del desarrollo, hay trabajo para todos. Le busca patrona. Empieza a trabajar al día siguiente.
 
            Trenes repletos de “maquetos”, camino de los tajos, en tan distintos amaneceres. Entre brumas y humos coinciden muchos paisanos. Trabajo duro. Ahorra unas perrillas. Saca el carné de conducir. Los domingos se junta con otros del pueblo y rumian nostalgias: -te acuerdas de, y de....”. Salen a relucir la vieja escuela, los viejos Maestros, las chpas, la tarusa, la dola, el “juegopelota”, la Novena de La Dolorosa, las muchachas recién espigadas,..... . 
Barreirosgrande
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Mensaje por Barreirosgrande »

Para cuando el siguiente fasciculo?  Lo estoy esperando ya.
El relato promete, no por la historia,  conocida por aquellos que llegamos despues pero recogimos algunos restos de los que se fueron, sino por el vocabulario, ya casi olvidado, y por abrir la caja de nuestros recuerdos, llena del polvo del olvido.Alvaro sigue que yo te espero.
 
Saludos.
alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

               LLANTO POR UNO Y MIL CAMPESINOS. (Continuación).
 
Animado por “Barreirosgrande”, ¡cómo te lo agradezco!, continúo.
 
-          “¡Oye!: ¡qué los Mediayunta han comprado un tractor!, ¡qué un camión recoge la leche de vaca y la paga a duro!, ¡qué el Aguardientero y el Tobo han empezado a recoger firmas para hacer la Concentración!, ¡qué ya han metido el agua corriente!”.
 
            Como el “careo” del pueblo tiraba fuerte, con estas ilusiones, con estas nuevas esperanzas regresa por la fiesta, y se queda, después de haber hecho la mili.
 
             Primeros préstamos del IRYDA: el tractor, la vaquería, el regadío con pozo de sondeo. Cuando él era pequeño, antes de marchar, los que tenían muchas tierras abajo, no trabajaban o poco; tenían mozos de años, agosteros, sementereros.... . Eran los señoritos. Sus hijos hasta podían estudiar en la capital. Él aprendió “las cuatro reglas” por la noche en la clase “particular”.
 
            Las cosas marchaban menos mal. La labranza iba aumentando. Se cogían las pocas tierras de los que iban marchando. Cada mes te ingresaban lo de la leche, y era como un sueldo. Con lo que te sobraba del cupo del gas-oil arabas gratis. Se amortizaban préstamos. Hasta se hacían ahorros en la explotación familiar.
 
            Y, como tener tierras era en los pueblos tenerlo casi todo, y comprarlas motivo de orgullo, y los labradores pudientes se sentían superiores, y les aceptaban las más guapas que tuvieran dos cachos menos, y ni siquiera te dejaban llevar a San Isidro en la bendición de campos, pues la cosa estaba clara: ¡había que comprar tierras!.
 
            Fueron pasando los años empeñados en esa lucha. Ahorros, préstamos, y una parcela. Salías de una y te metías en otra.
 
            Además había competencia, pugilato, rivalidad entre familias, entre clanes: ¡A ver quién compra más tierras...! –“Hay que meterse, en los bancos, que ya se saldrá”.  Algunos, a base de tierras, querían tapar sus deficiencias personales, culturales, y subir en la escala social.
 
            Las tierras fueron subiendo, porque había emigrantes, gentes de los negocios que, por ese ancestralmente justificado apego al terruño, también compraban tierras. Y hasta se justificaba que aquello era una inversión. Los precios llegaron a ser altos. Nada tenían que ver con la realidad.
 
            Pero entramos en Europa, donde producen “a lo loco”, donde sobra de todo, porque sus tierras son fértiles, porque su climatología es favorable....¿Cómo va a competir nuestra estepa con las ubérrimas y bien irrigadas campiñas europeas?.
 
            Además ha habido sequías, pedriscos. Y el gasóleo a 77 pts., y la cebada, cuando se coge, a 22. Y la leche a 35. Y los añojos a casi nada. A mi campesino, a mil campesinos, les ha pillado el toro. Se embarcaron para comprar las tierras caras, y ahora no valen nada. Se embarcaron para comprar cosechadora, y ahora nada hay para cosechar. Para hacer los apriscos con las ayudas del 808, y no llegan los dineros (no existen partidas presupuestarias, como dicen los políticos). Se embarcaron en costosos regadíos con pozos de sondeo, y vale más el gasóleo del motor que la cosecha cogida.
            Algunos ya han arrojado la toalla y le han dicho al banco: -“ahí tienes las tierras”. Reniegan de haber nacido campesinos, de no haber marchado a la ciudad, o de haber regresado. No quieres que sus hijos sean labradores, ni pastores: ¡qué estudien!, ¡qué hagan una carrera para enchufarse en la ciudad en cualquier puesto, con un sueldo, aunque sea pequeño.
 
            El campesino de mi historia sabe que, de haber seguido en Vizcaya, se hubiera colocado en la industria, en cualquier industria, ahora reconvertida. A esa reconversión han ido riadas de dinero. Él estaría ya como otros tantos del pueblo, disfrutando o vegetando, con la jubilación anticipada: temporadas en la casa del pueblo, temporadas en el piso de la ciudad..
 
            No lloro por los que compraron tierras con dineros procedentes de la venta especulativa de pisos, construidos con subvenciones del Ministerio. Ni por los absentistas descendientes de la antigua burguesía rural, y que tienen un buen puesto en la ciudad. Ni siquiera por los que sacaron los cuartos de negocios, y les da casi igual que las tierras produzcan o no.
 
            Mi llanto es por uno, por mil campesinos víctimas de esta reconversión brutal, y sin un duro, que el campo está padeciendo.
 
            Dicen que sobramos campesinos, pero pronto va a ser una especie en vías de extinción. Doy la voz de alarma: ¡ya están quedando muchas tierras abandonadas, a la brava, sin cultivar, en adil.
 
            Hay una población envejecida que, al jubilarse, no encuentra a quien dejar las tierras. Los jóvenes huyen, en su mayoría. Los de mediana edad, no axfisiados por las deudas, aguantarán, aunque su hora de trabajo sea la menos pagada de España, mientras no encuentren otra cosa, o porque les gusta su libertad, y les realiza su noble actividad, mientras saquen para comer.
 
            Es por eso que lanzo mi queja por uno, por mil campesinos que, en su campo, ya no pueden subsistir. Por aquellos a los que la excavadora de la reconversión arranca de su tierra con el quejido de la encina en el descuaje. Y, con la ilusión de seguir viviendo, buscan un puesto en la ciudad, de portero, de conserje, o de empleado del Ayuntamiento. ¡Cómo sobran campesinos...! ¿Y burócratas no....?.
 
                                                                                     FIN.-
 
ACLARACIÓN: Repito esa era la situación del campo en 1992. Fue el segundo año consecutivo de sequía y casi nula cosecha. Estábamos en Europa PERO NO HABÍAN LLEGADO LAS AYUDAS DE LA PAC. Por entonces, en cada pueblo, se arruinaron unos cuantos labradores, a otros les llegaron las ayudas cuando estaban con la soga al cuello, y les salvaron.
            Algunos de esos arruinados, ahora ancianos viven de una pensión no contributiva y de Caritas. Otros, como mi amigo, el protagonista de la historia, falleció a los 62 años. Dejó esposa y tres hijas adolescentes .Hace poco, una de ellas, Ingeniera técnica agrícola, colocada en las Inspecciones de la Junta, me dijo: Si la PAC le llega a mi padre dos años antes, no lo hubiéramos perdido todo.                                                                                                                                     
Elescobar
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Mensaje por Elescobar »

Y quien piense lo contrario, miente o es muy joven para recordarlo.
 
Chapeau !!  Elescobar2009-01-16 21:22:29
Calatravo
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Mensaje por Calatravo »

cuanto trabajo, cuantas calamidades, y despues que pensiones les quedaron, y aun tienen los que quedan, (un autonomo empresa agricola  que tenia en aquellos tiempos dos tres trabajdores con mulas) pension 270 € mes porque sigue con la explotacion, 7.000 € PAC y lo que saque. mas de 80 años
Y cuando aun les dices esto no puede ser (meteorologia, gastos, precios, rentabilidad etc.) te contestan : anda, anda, no te enfades el campo es asi, ahi cosas peores.
 
Pero algunos queremos continuarlo,
Vimara
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Mensaje por Vimara »

El texto tiene un fallo grandísimo, se toma a la ligera la reconversión industrial de VIZCAYA, que fue bastante más dura que la situación que le paso al campo en esas mismas fechas.
Sestao cuenta con la tasa de paro más alta de todo el País Vasco 13,07%.(2006), debido al cierre de las grandes empresas o a su reconversión (AHV, Aurrera, la Naval o la Babcock & Wilcox). Estos sucesos han motivado en las últimas décadas grandes incidentes entre trabajadores y policía. Esta elevada tasa de paro ha generado una importante perdida de población, más de 12.000 personas han abandonado Sestao en los últimos 30 años, lo que ha desencadenado una paulatina degeneración de los barrios bajos del municipio.
 
La mayoría de la población de Sestao es foránea, siendo Galicia, Castilla y León y Andalucía las comunidades más normales de procedencia.
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Sestao
 
Ahora tiene 30 000 habitantes.
 
Pues el tema es que mi Abuelo nacio en Sestao, pero sus padre venía de Galicia, trabajó en la Babcock Wilcox (o como se ponga, ellos dicen la balco bilco y se quedan tán anchos) y fue uno de los pocos a los que no les ofrecieron la prejubilación porque sus puestos en el alto horno era difíciles de reemplazar, ahora ta todo machacado del cuerpo.
 
Y el padre de mi novia vivía en Sestao, donde trabajaba hasta que la empresa se movio a vitoria, a donde iba a trabajar en tren desde Sestao y luego ya baja .. y bueno, fin. Él venía de un pueblo de Zamora, Hiniesta creo que es, pero nunca he ido.
 
Es muy fácil decir que lo de los demás siempre va mejor sin saber del tema.
 
 
 
 
 
Deere6000
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Mensaje por Deere6000 »

Buen relato Alvaro!!!!!!!!!!!!
Parejo
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Mensaje por Parejo »

Despues de la guerra si que hubo miserias....
Alimaa
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Mensaje por Alimaa »


[QUOTE=Vimara]El texto tiene un fallo grandísimo, se toma a la ligera la reconversión industrial de VIZCAYA, que fue bastante más dura que la situación que le paso al campo en esas mismas fechas.
Sestao cuenta con la tasa de paro más alta de todo el País Vasco 13,07%.(2006), debido al cierre de las grandes empresas o a su reconversión (AHV, Aurrera, la Naval o la Babcock & Wilcox). Estos sucesos han motivado en las últimas décadas grandes incidentes entre trabajadores y policía. Esta elevada tasa de paro ha generado una importante perdida de población, más de 12.000 personas han abandonado Sestao en los últimos 30 años, lo que ha desencadenado una paulatina degeneración de los barrios bajos del municipio.
 
La mayoría de la población de Sestao es foránea, siendo Galicia, Castilla y León y Andalucía las comunidades más normales de procedencia.
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Sestao
 
Ahora tiene 30 000 habitantes.
 
Pues el tema es que mi Abuelo nacio en Sestao, pero sus padre venía de Galicia, trabajó en la Babcock Wilcox (o como se ponga, ellos dicen la balco bilco y se quedan tán anchos) y fue uno de los pocos a los que no les ofrecieron la prejubilación porque sus puestos en el alto horno era difíciles de reemplazar, ahora ta todo machacado del cuerpo.
 
Y el padre de mi novia vivía en Sestao, donde trabajaba hasta que la empresa se movio a vitoria, a donde iba a trabajar en tren desde Sestao y luego ya baja .. y bueno, fin. Él venía de un pueblo de Zamora, Hiniesta creo que es, pero nunca he ido.
 
Es muy fácil decir que lo de los demás siempre va mejor sin saber del tema.
 
 
 
 
 [/QUOTE]comentas la reconversion a lo que te respondere que todavia estamos esperando la primera industrializacion, no tomes a la ligera el que un señor tenga que dejar todo para ir a trabajar a otro sitio Mi familia siempre a tenido que estar empeñada para ir tirando cosa que un obrero no tiene propia ni la paleta con que trabaja esperando que caiga el sueldo mensual sin mas preocuaciones mas que levantarse a la hora
alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

       ¡Oye Vimara!: ¿Cómo que sin saber del tema?. Si yo no perteneciera a la generación que pasó hambre, a la que tuvo que emigrar dejando atrás todo lo más querido, a la que padeció dos fuertes reconversiones agrícolas sin un duro, (y veremos si no estamos en la tercera), me podrías decir "sin saber del tema".
       En mi pueblo, de 39 quintos varones, quedamos 2, y yo a medias. Emigrantes fueron mis hermanos. El "listero" de la historia es mi cuñado. Mis tíos, todos mis primos. ¿Tú sabes qué tristeza cuando marchó casi toda la juventud del pueblo?. ¡Cuándo se cerró el salón de baile porque era muy grande para los cuatro que quedamos....!.
        Hablas de perdida de población en Sestao: ¿a partir de qué aumento?. ¿Sabes la de mi pueblo?. El 60 %. En algunas  aldeas próximas el 80, el 90. En un pueblo que tuvo 400 y pico habitantes quedan, durmiendo en el pueblo cuarenta y tantos.
        La reconversión industrial fue necesaria. ¿ Pero acaso no fueron a parar a ella "rioladas de dinero"?. ¿No fueron las prejubilaciones con el buen sueldo integro de por vida?.
 
        ¿Qué le dieron al campesino que dejó los cuatro cachos y cogió la maleta en los años sesenta?. ¿Qué a los que se arruinaron en los primeros 90?.
 
        Te lo dice Calatravo. Compara la pensión de cualquier obrero de la industria con la de un labrador.
 
        Odio las comparaciones, pero puesto que tú las haces, continúo. Sin que me queje de la Sanidad, ni de la Educación en Castilla y León, no son comparables con la del País Vasco. Conozco bien la situación. Allí siguen los hijos de mi hermano, éste, al jubilarse, ha retornado. Pero si comparamos las infraestructuras viales, los servicios sociales, las vacaciones fiscales a empresas, la supresión de impuestos en las transmisiones patrimoniales por herencia, etc. ...¡qué te voy a contar!. Eso: ¡las nueces de que habla Arzallus!.
             Date una vuelta por la tierra de tu abuelo, La Hiniesta, precioso pueblo junto a la capital, y verás.
          A "Elescobar", ¡muchas gracias por tus monigotes tan elogiosos!. Gracias a Deere.
         Parejo: La miseria en España no fue sólo a raíz de la guerra, duró mucho. Si a los foreros les parece bien seguiré colgando, o copiando alguna crónica más que refleja la situación de aquellos años. En algunas aparece la misería de los niños descalzos, de los comedores de Auxilio Social, de los mendigos puerta por puerta, de la "potra recién "cubierta", muerta de un torzón, tirada "al barrero" para los buitres, a la que, los famélicos del pueblo, dejaron en huesos. Aquello sí era miseria. No las dificultades de préstamos pueda tener ahora alguna familia rural a que alude "el de la boina".
 
       Con todo, ¡ojo al parche!: la que se avecina es gorda. Dada la abundancia de alimentos y vestidos, ni hambre ni frío (nosotros tenemos la motosierra y la chimenea) creo  vamos a pasar, pero rebajar los hábitos consumistas creo va a ser imprescindible.
 
        Un saludo a todos.
Vimara
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Mensaje por Vimara »

Por partes, de la Hiniesta era el padre de mi novia, yo tengo la mitad de mi familia en el campo, en "La Gallega" Burgos, en "San leonardo", Soria y mi novia los que no son de Zamora, son de Palencia.
 
Conozco que la gente se ha ido de los pueblos, en el de mi madre quedarán también unos 40 y eso que está al lado de una carretara nacional.
 
Mi abuelo de aquí NO TUVO PREJUBILACIÓN.
 
Mi abuelo de Burgos cobra una M porque el tio hizo una cosa bastante mal y dejo de pagar dos años y en fin, SIN COMENTARIOS.
 
Respecto a lo de la industrialización, he estudiado historia de la economía, saque un 7 en esa asginatura en la UNED, la industrialización en el pais vasco lleva desde que los ingleses llevarón pasta y montaron industria junto con habitantes de la zona, pero tener hierro (que hasta que no se invento creo que fue el convertidor besemer, no era útil, osea que estaba sin explotar por ser demasiado blando) y tener acceso al mar, siempre ayuda a desarrollar una zona.
 
Por tanto no puedes comparar los servicios de una zona mucho más poblada con una zona escasamente poblada, lo que sí te diré es que en el pais vasco los servicios, SE PAGAN, autoPISTAS y no autVIAS (que son gratis), lo de que no se pagan impuestos es una chorrada, solo los no se cuantos primeros euros, eso es mejor para las empresas pequeñas, las grandes pagan casi todo al 35% y a mi particularmente me parece una buena idea reducir impuestos.
 
Pero en castilla se tienen otras cosas a favor, la mano de obra es más barata, pero no sabéis como atraer a los empresarios, menos quejarse y más ponerse a trabajar para conseguirlo.
 
Y tema servicios, ha mejorado mucho en castilla, en el pueblo de mi madre tienen un centro de salud y pasa el médico una vez a la semana, cosa que no está nada mal. (siendo 40-70 personas residentes)
 
Respecto a lo de ser autonomo o trabajar para otros, he sido autonomo dos años y tienes razón, es muy duro si no te va bien o todo lo bien que te gustaría.
 
 
 
 
 
 
Ylex69
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Mensaje por Ylex69 »


  Álvaro, algunos agradecemos el tema y los relatos. No todo va a ser pensar en ganar dinero. Esto es nuestra cultura, que aunque no aparezca en los libros, no por eso deja de ser cultura. Es nuestra historia. Tiene un gran valor, y todo el mundo debería conocerla, como todos conocemos la conquista del oeste americano.     Por otro lado, decía mi abuelo: "criticar está al alcance de todos los tontos, y todos los tontos lo hacen".
Ylex692009-01-17 13:10:52
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Barreirosgrande
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Mensaje por Barreirosgrande »

Alvaro, me gusto mucho tu relato, espero mas como ese, sea del tema que sea, me da igual, me interesa mucho que me ayudes a sacudir el armario de mis recuerdos, y creo que lo sabes hacer bien.
 
Ahora una reflexion que veo necesaria ante las opiniones escritas.  Creo que cada persona es un mundo, igual que cada pueblo es una sociedad diferente, porque no leemos con los ojos de la calma, exprimimos las palabras y recordamos nuestras vivencias, que para nada se pareceran a lo ya escrito pero nos ayudaran a valorar lo que tenemos y por lo que hemos pasado.
 
Cuando he leido este relato, me acorde de fulano y del otro, del que se fue y del que se quedo, pero lo que mas me ha gustado, ha sido ponerme yo mismo en todos los pellejos de los interpretes y saborear mi situacion ahora, mi vida, mis futuros y mis pasados; repasar mis historias con la mente y sacar mis mejores recuerdos al aire, sacando asi parte de mi vida de la memoria para poder vivirla de nuevo.  Por eso, Alvaro, si tienes mas en tu cabeza, sacalo, yo le leere porque me ayudara a seguir palpando la vida con mis dedos y apretar mi piel contra el tiempo que sigue pasando.
 
saludos.
 
Motransa
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Mensaje por Motransa »

joder Alvaro casi me haces llorrar.
os saveis la cancion del charro maxicano poned la musica
 
os voy ha contar la hitoria de este pobre agricultor
que ha nacido en la meseta de este campo español
a sus doce o trece años
 de la escuela se salio 
 
pues pa destripar terrones
 
no hace falta ser doctor
 
 
se ha casdo con Maria
 
 su gran y primer amor
 
y ha tendo dos hijos
 
son el fruto de su amor
 
 
ha vedido todas tierras
 
se ha marchado a la ciudad
 
donde con menos trabajo sacara mejor jornal
 
 
esta cancion me la canto mi tio el dia que le dije que me quedaba en el pueblo tiene alguna estrofa mas pero no la recuerdo.
 
 
Kikoabe
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Mensaje por Kikoabe »

Magistral relato  ALVARO, SIGUE CON ALGUNO MAS
alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

        Gracias a todos: a Vimara, Ylex69, Barreirosgrande (hermoso seudóniomo, si que eres tal cual: noblote y tierno), a Motransa, (el charro negro era un hombre / trabajador y valiente....)
         Al primero: No negamos el mérito de los vascos en su industrialización, incipiente, en el siglo XIX, debida a poseer mineral de hierro, carbón, puertos de mar y dinero inglés. Soy un amante de la pelota vasca. Acabo de ver un partido Olaizola, Mendizabal contra Martínez de Irujo-Goñi. De muchacho era hinca acérrimo, como mi padre, del At. de Bilbao. Allá te va una alineaciön: Carmelo, Orue, Garay, Canito, Mauri, Maguregui, Arteche, Marcaida Arieta, Uribe y Gainza. Y aunque a tu abuelo no le prejubilaran, convengamos que en la reconversión no dejaron a los obreros, y muy bien hecho, en la calle.
 
      A los que me animais con los relatos: mientras me los pidáis, alguno voy a seguir colgando. No sé cuál escoger. Me preocupan dos cosas: ponerme pesado es una, la otra, que me parece a mí que en el papel, en los libros, al menos a mí me ocurre, se degusta más la lectura. Quizá sea un prejuicio de quien, autodidacta, todo lo aprendió de los libros, y de la vida. Voy a buscar cuál cuelgo. será en el siguiente post. Me parece que se dice así. En el léxico terruñero sacaría buena nota. En el informático cero patatero.
Ylex69
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Mensaje por Ylex69 »


    Ánimo Álvaro, cuelga lo que quieras. El que lo prefiera, que lo aderece con papel, imprimiéndolo. Otros lo leeremos al natural, y al que le canse, que se lo tome en sorbitos chicos.
Ylex692009-01-17 20:27:55
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alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

                  
                                       LA SIEGA
 
En nuestra casa, cada año, sobre el nueve de junio, vivíamos con el temor de que llegara la carta del señor Quintiliano : -“Querido Violante: Deseo que al recibo de esta carta os encontréis bien. Nosotros bien gracias a Dios.- El motivo de la presente es para decirte que, según lo que hablamos el año pasado, al recibo de la misma, te pongas en camino el día siguiente, pa venir a buscar el burro, pues las algarrobas ya van estando en sazón y pa de semana hay que empezar a cogerlas.- Del ajuste hablaremos cuando vengas. El año no es bueno. Que la cuadrilla sea de seis segadores y dos atropiles. Pa esto te pueden servir ya las muchachas”.
De lo adelantao que viniera el año dependía que pasáramos o no en el pueblo la fiesta, que es por San Antonio. De todos los modos al tercer día ya íbamos de camino.
Éramos tan pobres que ni burro teníamos: la casica en el calle Honda, eso sí, de buen tapial, los cuatro muebles y las cuatro herramientas. A regular que viniera el año, hambre no pasábamos, a no ser el 45, que no hubo siega, ni nada que apañar por el campo. Mi recuerdo más duro de niña son la lágrimas de madre cuando no había pan en el cajón, ni lo podías pedir porque el vecino andaba más o menos. Todos vivíamos del campo, por eso siempre pendientes del cielo, ¡qué no faltara cosecha que  segar!, ni vendimia; ni majuelos que sobacar, ni vides que apañar; ¡qué el campo criara!: todo lo aprovechábamos: alberjacas, cardillos, espárragos para nosotros; cárdeñas, alberjaco, hierba de ojo, grama pa los conejos; la respiga, hormigueros pa las cuatro gallinas y el marrano. Los años de agua, buenas perricas de la manzanilla. Genijos,  rascaviejas y tobas,  pa arrosiar la hornada. Pa la lumbre barríamos la paja que las torbas sacaban al camino y andábamos a las cagajoneras y boñigas del prao, que, con las cuatro vides del manojo, lumbre hecha.
El dinero más lucido para comprar lo indispensable el resto del año, eran las dos mil pesetas que traíamos de la siega. Por eso la carta del señor Quintiliano era sagrada, todavía más importante que la fiesta.
Resulta que al pueblo nuestro, desde hace muchos años, habían llegado las máquinas de segar. Eran unos artilugios con ruedas de hierro, una lanza, un tablero como de cuarto de luna con las cuchillas por delante y unos rastros que, cuando estaba lleno el tablero, empujaban las gavillas al suelo. Iba tirado por pareja de mulas bien domadas pa que no se espantaran por el ruido. En un asiento de hierro iba el mozo con los ramales. Los jornaleros vieron su miseria en aquellos artefactos y los labradores no las dejaban en el campo, ni en la era, pa que no se las molieran..
   Para segar con esos telares, tuvieron que empezar a sembrar en llano, pero también, por entonces llegaron las primeras sembradoras de siete o nueve botas y el que no la tenía seguía sembrando a voleo y tapando la semilla con la vertedera o la rastra. El arado romano quedó sólo pa las legumbres.
  ¡Menos mal que en los pueblos de la  “Tierra del Pan” tardaron más en entrar en esa moda: decían que  acoceraban y daban más los trigos sembrados a cerro, porque se podían aricar pa matar la broza, por eso había que segarlos a hoz y para eso  íbamos cuadrillas de “Campos” a Gallegos, Villalube, Matilla la Seca, Algodre, Malva,.. .
   Mi padre echaba un día en ir andando a buscar el burro del amo y otro en el regreso.  Venía montao, sentao en la albarda o a espernaquete, otros ratos a pie. Madre había preparado todo. Nosotras le habíamos segado  pa la noche, un brazao de hierba al rocín. Todos pronto a la cama que al día siguiente, con el lucero, nos esperaba el camino.
Sobre la albarda los cuévanos con dos botijos grandes pa el agua y un  barril de paja y mimbre pa el vino; las mantas de cada uno y dos sábanas bastas cosidas pa el sombrajo; los ganchos de atropar, dediles, los cuernos con la piedra de afilar y alguna muda.  En “El Cercado” habíamos cortado la rama que nos iba a servir de cayado y luego pa  el tenderete de la sombra. Las hoces pendían atadas con un cacho soga.
En la cuadrilla nuestra iban de segadores el señor Florencio, Nicomedes y Eufrasio “El Plin”, además de mis padres. Mi hermana la mayor y yo, que empecé a los doce años, en el 51, de apañilas. Aquel año se había muerto mi abuela, no tuvimos con quien dejar a los dos hermanicos pequeños, de 4 y 6 años; poco le suponía al burro su peso a mayores, ni al amo su “manutención”. Se lo sacó mi padre en condición. La otra hermana, que tenía 10, quedó de rolla, an’ca la señá Marciana.
Salíamos por el camino de Tapioles. Mi padre, con el ramal al hombro, madre tras el burro, cuidando no se cayeran los hermanicos que, acondicionados, dormían sobre los cuévanos, si tropezaba el burro que era un poco topino. Los hombres, hasta que amaneció nos llevaban de la mano a las dos niñas.
El camino iba por tierras de lomba, las cebadas con la cabeza pa bajo, los trigos cereños, los barbechos terciados, las alondras invisibles nos alegraban con su canto, el macho de perdiz reclamaba a la hembra, las avutardas pastaban en cualquier alfalfar y, alguna liebre retozona nos acompañaba un trecho. Parece que los pobres animales quisieran aliviar la  monótona e interminable caminata. Al subir una cuesta veíamos Cañizo a lo lejos. En su caño, la primera parada pa refrescar, y el almuerzo. Por carretera, sólo desde este pueblo a Castronuevo. Nos solía pasar el coche línea. Unas señoritas nos daban de mano por la ventanilla. En Pobladura era la comida y  el descanso a la sombra de la iglesia. Con Malva en el medio, poco más de dos horas nos faltaban hasta Villalube.
Por el camino los mayores contaban historias de antes. Además “El Plin”,  que era muy salao, nos recitaba poesías: “Un duro al año”, “Oigo patria tu aflición”, “El Vaquerillo” y muchas más. Nos contó lo que les pasó el 34, el año de las huelgas, cuando él iba de atropil.
“ Al llegar al pueblo el ama les puso la cena. Entonces vino uno del otro pueblo a  decirles que había huelga. Al día siguiente nada de ir al corte. Cuando a mediodía fue a buscar la comida le dijo el ama: -“que os den de comer donde habéis trabajado”. No tenían dinero. Pasaron aquel día a base de agua y pan que les prestaba el hornero.
A él, se le ocurrió una idea: en el horizonte se veían las encinas del “Monte de la Reina”, era mes de junio cuando los pegos nuevos van siendo volanderos. Al amanecer del día siguiente, les dijo “Al Prenda” y a “Rebulle”: -¡venir conmigo!-. Cogieron un cacho saco, el de la sudadera del burro y pa’lla los tres andando. (Ahora quedan pocos pegos, las grajetas que trajo Cavestany a “La Espina” casi han acabado con ellos, pero entonces había plaga. Los nidos estaban llenos). Eufrasio escalaba a las encinas como un mono. Los retorcía el pescuez,o y los de abajo: ¡pego al saco!. Dejaba los que estaban en pelús. Llenaron medio saco. Se relevaban para llevarlo acuestas”.   (Que no se enfaden los ecologistas de ahora. Los pobres eran depredadores por necesidad).
“El ama les dio manteca, un poco de sal  y les dejó una sartén. Los palos y hierbajos  los apañaban ellos. La semana que duró la huelga la pasaron a base de pegos fritos, o asados, pan y agua; de postre, blanco de unas acacias y  vainas verdes de algún garbanzal”.
Eran buenos los amos. La señá Engracia,  nos había preparado unos jergones de paja  de maíz en el suelo de la panera, con sábanas ásperas y unas manticas. Descargamos el burro, nos lavamos un poco y nos sacó la cena al portalón: una tartera grande de patatas con bacalao, pan blanco reciente, agua fresca y vino pa los hombres. Los hermanicos extrañaban su cama, pero rendidos todos nos quedamos dormidos.
La faena empezaba cogiendo algarrobas. Ahí cada uno tiraba por su surco. Se arrancan fácil con la mano, casi mejor que a hoz y, como dan mucho bálago, los mismos cogedores íbamos formando montones. Salíamos de noche del pueblo, parábamos para almorzar. A mediodía, cuando se quitaba la amorosidad, pa casa, que si no se desgranaban. Comíamos en el portalón y la siesta en la panera. Por la tarde segábamos cebadas. Y así mientras duraran las legumbres: titos y muelas. Los garbanzos, un par de días por Santiago.
La brega dura era la siega del trigo. Mi padre y el “Plin” eran los segadores delanteros. Tres pasos más atrás y a sus lados, los otros dos segadores con cada delantero Cortaban la tierra por donde iban a ir las morenas. Cada uno llevaba dos surcos. En la mano izquierda, la que agarraba la manada, se ponían los dediles, en la derecha, sino eran zurdos, la hoz. Los delanteros  dejaban cada manada atravesada en sus dos surcos, los que iban a sus lados, dejaban las suyas sobre las del delantero. Mi hermana y yo, las  atropilas, juntábamos,  cada una, las manadas de tres segadores; cuando el haz era grande, lo que podíamos abarcar se convertía en gavilla, que levantábamos, metiendo por debajo el gancho, la  abrazábamos e íbamos formando las morenas. Y así todo el día, de lucero a lucero, con el sol que acariciaba una hora y abrasaba catorce. El sudor con el polvillo quedaba pegado al rostro de un día para otro, que el agua apenas llegaba para beber.
Para descansar más, no íbamos al pueblo. Sobre las ocho, entonces era la hora solar, el perillán llegaba con el almuerzo: un día torreznos y pan, el segundo chorizo y el tercero tortilla gorda con sus huevos, patata, cebolla y manteca de cerdo. El trozo de pan hacía de plato y la navajica de tenedor. Al mediodía cocido a diario: pa los garbanzos, sus gajos de cebolla cruda, del tocino dejábamos un poco para la merienda; la carne suficiente, de oveja o chivo, que mataban unos cuanto pa el verano. Con la cuchara todos comíamos de la cazuela común. Una para la sopa de miga y la otra para lo demás. La carne y el tocino lo pringábamos sobre el pan.  Cuando empezaba a haber tomates en las huertas, se agradecía mucho su ensalada  con cebolla,  aceite y vinagre, o la berza para envolver con los garbanzos.
Una vez comido, nos tumbábamos una hora bajo el sombrajo, y otra vez al surco. A esa hora nadie nos quería acompañar: ni el amo que dormía la siesta en cama limpia y habitación fresca, ni las alondras, ni los grillos, ni las chicharras. Hasta las hormigas se guarecían en su hura. Envidiábamos a la liebre, amonada en su “cama”; a la perdiz y su pollada a la sombra de los trigos o de cualquier zarza; a los tordos, vencejos, gorriones,...., todos con una sombra donde cobijarse  
Sobre las cinco otra paradica para la merienda y el trago de agua caliente.
 ¡Qué consuelo, qué alivio ver descender al sol!
 Cuando desaparecía del todo siempre algo le decíamos: -¡Anda, anda que bien lo has hecho hoy!. ¡Oye, que mañana te puedes retrasar si quieres!.  A esa alegría diaria se unía la llegada del perillán. Cenábamos con las primeras estrellas. Unas noches patatas con tropezones de costilla, otras con bacalao, otras alubias con chorizo, el pan abundante y el agua recién sacada del pozo. Algunos días de postre nos llevaban unas hojas de lechuga.
Las  últimas morenas de la tarde las  habíamos acondicionado para lecho: padre y madre en una, en la de ellos poníamos la sábana del sombrajo, los hombres en otra y en la tercera, nosotras y los niños. Una manta por debajo y otra por arriba para cobijarnos de mosquitos y del relentín  de la madrugada.
Ahora, todas las noches, en buena cama,  tan lejos de aquellos rastrojos, me ayuda a dormir el recuerdo de la placidez de aquellos sueños. ¡De los doce a los dieciocho años, ocho veranos seguidos durmiendo al raso, reposando de tanta fatiga,. . . .! ¡Qué reparadora!, ¡qué maravilloso encanto tenía la noche!. “Por el día de acero se hacían los cuerpos, por la noche de oro se hacían las almas. Eufrasio nos decía: -“!Mirar!: ¡El Carro Triunfal, la Polar , las “Siete Cabrillas”, La Osa Menor, el Camino Santiago!. La noche se animaba de mil sonidos y aromas. Se despertaban los bichos, mudos de día, para arrullar nuestro sueño: los grillos y chicharras, las ranas del navajo próximo, los búhos y corujas, alguna liebre que hacía la “chilla”. La amorosidad del rocío que humedecía la manta /, sacaba los olores a la tierra calcinada / por el día, y al de la mies se juntaban /, los de la menta y espliego, los de tomillo y lavanda / provenientes de linderón u hondonada /. Éramos  naturaleza pura, campo, como los trigos, como los tesos;  cielo, como las estrellas.
Tan rendido el cuerpo, tan tranquila la conciencia, tan cobijadora la morena, el sueño era una pura felicidad  y no sé si despierta o dormida soñaba con la vuelta a casa, con el vestido que madre nos iba a comprar y, bien lavada, mirarme en el espejo, ver como mi cuerpo iba cambiando, ir con él al baile y llamar la atención de los mozos y pasear por la carretera con las amigas; soñaba leer las novelas que me dejaba la maestra, oír los discos de la gramola o por la radio en casa de la vecina; soñaba en el invierno, con pan reciente, con padres sentados a la lumbre, con los hermanicos en cama caliente..
A la alborada, padre nos levantaba de la “morena”, nos calzábamos las albarcas, vaciábamos la vejiga  y al corte con nuevos bríos. El trabajo era a tarea, el ajuste creo que sobre unas veinte pesetas la fanega, padre iba apuntando las de cada tierra en la libreta; en las tres o cuatro horas hasta el almuerzo, cuando más se segaba, cuando más manadas se apañaban, cuando más gavillas se levantaban. Trabajar, comer y dormir. Así del uno al otro día, de la una a la otra tierra. La visita del amo, del recadero perillán, de los carros y mozos que venían a acarrear, de las cuadrillas en las tierras próximas,  de la cigüeña en busca de saltamontes, de la brisa, de la calima, del “burgalés” o el solano,   de la nube, las bromas del “Plin”, aliviaban el esfuerzo.
El día de San Pedro, la primera fiesta. Llevábamos más de dos semanas de legumbres y cebadas. Temprano al lavadero, el agua era una caricia para nuestra cara, brazos y piernas, de la rodilla pa’bajo. Nos poníamos el hato limpio y lavábamos el puesto: falda y chambra  de manga larga, que nos protegiera de gatuñas, de merineros, de burrales, de esparragueras, los gruesos calcetines altos o medias y el pañuelo de la cabeza; también refrescábamos el sombrero. Ese era el ajuar. Para pisar los rastrojos, con las pajas de punta, con abrojos, con cantos que ardían, calzábamos albarcas: trozos de cubierta vieja de coche con puntera y talón de cuero, sujeto todo al pie con unas correas. Reservábamos las alpargatas para el camino. Las siguientes fiestas eran: Santiago y la Virgen de Agosto. Por la “Tramposa”, solíamos regresar.
A mi padre la gamaza le daba alergia. Se le ponían los pies como botos y le salían llagas. Le curaban en casa del ama. Mi madre tuvo un aborto. Pasó unos días manchando el surco, hasta que lo expulsó. Allí mismo lo enterramos.. Durante un día se recuperó en casa de los amos.
Raro era el verano que no nos pillaban varias tormentas, pero ninguna como la del 52. Hicimos como siempre: dejar las hoces, estacar al burro, alejarnos a algún linderón y envolvernos en las mantas. El chubascón nos golpeaba en la espalda, corría el agua por los surcos, por el camino. Así más de una hora. Cuando escampó hubimos de ir al pueblo. Aparejamos el burro: la albarda, los cuévanos, todo el hato. Madre montada con los dos niños, padre llevándolo de ramal y mi hermana y yo a cada lado, agarradas a cada seno de mimbre. Así cruzamos la reguera de “La Huerga”. El agua nos daba por la cintura. En un remolino me solté del cuévano. El agua me llevó a un hoyo. Chillé y mi padre me sacó por los hombros. El burro siguió adelante y llegamos todos a la orilla.
 Estaba cerca la casa de la dehesa. ¡qué buena gente los caseros!. Pusieron lumbre que nos secó la ropa. A mi me dieron un tazón de leche de cabra y, desnuda, me metieron en la cama. Allí pasé la noche. Los demás, ya secos, llegaron a cenar y dormir an’ca los amos.
En la vida he tenido muchas alegrías, ahora vivo con salud y bienestar, pero no sé si alguna ha sido comparable a la del regreso a casa, acabada la siega. La última  fue la del año 57.
 
          ATROPILA.
 
NOTA: Todos lo contado y los nombres, incluido el de mi padre, es verídico.
 
 
 
          
alvaro76
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Mensaje por alvaro76 »

       He pasado más de una hora intentando colgar otro relato, de una mujer que "dio a luz en la respiga". El niño tiene ahora 81 años. Está como un roble. Es mi vecino y amigo.
        Quedaba un margen capado, y no había manera. Espero poderlo arreglar, pero ya dentro de unos días.
 
         Por eso eché mano de este.
         Todos los datos me los dio la protagonista, nacida en el 39. He intercalado historias de otro de segador, de otro pueblo y cuadrilla: Eufrasio el Plin. Vive en Francia. Tiene 90 años.
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