No más matanzas de seres inocentes

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Otoño 2001
Varios miles de cerdos son linchados a martillazos y agonizan amontonados, mientras son enterrados vivos y conscientes en cal viva.

Con la excusa de la peste porcina (no transmisible a seres humanos), una descomunal cantidad de seres vivos fueron eliminados de forma dantesca por cuestiones meramente económicas.

La forma en que fueron aniquilados vulnera completamente la ya de por sí escasa normativa vigente. Esto demuestra que las leyes de protección animal son una pantomima. El Real Decreto 54/1995 del 20 de enero, prohibe claramente estos métodos tan horrendos. Podemos comprobar que ninguna de las legislaciones teóricamente “protectoras” sirve más que para legitimar tales abusos, dándoles una falsa imagen de humanitarismo que nada tiene que ver con la realidad, formando así un colchón para tranquilizar las conciencias.

Las autoridades no sancionan a los infractores ni hacen cumplir las leyes. Éstas sólo sirven para acallar a las asociaciones proteccionistas que malgastan tiempo y recursos en exigir pequeñas reformas para leyes que no se cumplen y que jamás solucionarán el origen del problema: el especismo.

Contra el especismo - Liberación Animal