Publicado: 28 Dic 2010, 18:30
Quiero comprar un tomate fresco. Voy a llamar a un verdulero para que me venda uno recién sacado de la huerta. Pero resulta que si doy a un botón en mi ordenador un tomate parecido en sabor y color se instala automáticamente en mi nevera. No está igual de bueno que el de la huerta, pero me da igual, total… es para un gazpacho. Se me ocurre además ser muy generoso y ofrecer a cuantos quieran que den a su propio botón y que se zampen otros cuantos tomates. Pero, ¡qué narices!, ¡además voy a montar un rollo publicitario junto a los tomates que ofrezco y así cada vez que alguien le dé a un botón yo me lleve una pasta! ¡Eso sí que es progreso! ¿Y el verdulero? Que se joda. Así es el libre mercado. ¿Y el que los planta? ¿Y el que los recoge? ¿Y el que los transporta? Pues también, que se busquen otra cosa. Voy a pintar el salón de verde manzana. Hay un pintor muy bueno en el barrio que maneja el rodillo como nadie. No es barato pero la verdad es que el tío es un fiera con los colores, los clava. Pero mejor le doy al botoncito mágico y se me pinta el salón solo en cinco minutos. Tiene ronchones de pintura y hay trozos de pared con el color muy aguado, pero total, ¡lo voy a tapar con unos cuadros! Desde luego que si yo tubiera un botón de éstos mágicos, les metería tomates por el culo hasta reventarles el canon digital.
Feliz Año.
Feliz Año.