No sois los únicos que pensais así:
http://www.democracianacional.org/dn/mo ... e&sid=2797
Sería harto previsible empezar estas líneas tratando el tema más recurrente del año; “la Crisis”. Pero ¿qué os falta ya por escuchar del temido monstruo? Televisión, radio y prensa nos han bombardeado con análisis, consecuencias y motivos. Me niego a aburriros con más divagaciones sin ninguna utilidad específica. La Crisis vuela sobre nuestras cabezas, y ha llegado para quedarse muuuucho tiempo. Asúmanlo. Ahora bien, como pequeño empresario y víctima colateral de la necedad humana, puedo y quiero ofreceros un análisis muy personal de las amenazas a las que cualquier emprendedor, no solo montijano, si no parido dentro de cualquier otra frontera autonómica, tendrá que enfrentarse ahora y allén de los tiempos mientras perdure este mal llamado Estado del Bienestar. Sí, como lo oyen, el mal llamado Estado del Bienestar, por que no hay peor amenaza para el pequeño y mediano empresario que semejante aberración estructural de la sociedad española.
La Seguridad Social, como estandarte del sistema, en sí misma está basada en un concepto de cotización solidaria, donde el que “tiene hoy” contribuye para el que no tiene, presuponiendo que el que “no tiene hoy” algún día tendrá, y cotizará para otros que quizá tuvieron con anterioridad, pero que hoy ya no tienen. ¿Complicado? Pues simplifiquemos; la idea básica viene a ser como el viejo dicho: “Hoy por ti, mañana por mí”. En principio parece algo estupendo, como si hubiéramos encontrado la solución a todos los problemas del ser humano: Protección por desempleo y subsidios, pensiones no contributivas, hospitales para todos, programas de reinserción social a drogodependientes, marginados y delincuentes, ayudas a madres solteras, programas de integración social con ayudas económicas a fondo perdido, carnet de conducir gratis y otras baratijas para gentes de lenguas ajenas, programas de promoción cultural, mantenimiento público de la multimillonaria industria cinematográfica, universidades públicas sin obligación de mostrarse productivas o competitivas…Un paraíso protegido por el Dios Estado. Maravilloso. ¿O quizá no lo es tanto?
Vayamos por partes: Acostumbrados a un derroche sin precedentes parece que hemos olvidado que el dinero disponible para la sostenibilidad del Sistema no crece en un huerto de árboles del dinero, si no que tiene que ser sudado y producido por una comunidad de trabajadores, en su mayoría con empresas familiares. Los pequeños y medianos empresarios, pese a quién pese, (que los hay) representan el 65% del producto interior bruto de este país. Soportan la mayor carga contributiva porcentual respecto a sus rendimientos anuales. Ganes o pierdas dinero siempre pagas impuestos. Da igual que no llegues a fin de mes, el Estado te reclamará tus cuotas de IVA y los recibos del Seguro Social, con enormes intereses en caso de impago y una temida amenaza de acabar con tu vida embargándote hasta la casa donde vives. Pero lo más grave y lamentable es que a pesar del esfuerzo titánico de llevar sobre sus espaldas el peso del Estado del Bien Estar, el autónomo propietario de una PYME ha estado y está absolutamente desprotegido a nivel laboral y sanitario. Pagas, pero no recibes nada a cambio. Si enfermas, te jodes y vas a trabajar. A no ser que tu empresa pueda sostenerse con los escasos 450 € líquidos que te ofrece el Estado por mes de baja. Y eso ahora, por que hace escasos meses ni siquiera se contemplaba la posibilidad de que un autónomo enfermase. Que te arruinas, pues te quedas en la calle, sin protección social por desempleo y con una deuda de c***. (No olviden ustedes que hablamos de pequeños y medianos empresarios con economías familiares) En fin, que más que trabajadores parecemos los esclavos del Sistema. Un autónomo que ha cotizado 40 años de su vida apenas percibe una pensión de 600€. Piensen ahora que hay “parados profesionales”, acomodados en la vida fácil, que perciben más de 400€ sin haber cotizado en su vida, y sin intención de hacerlo.
Ustedes se preguntarán ¿Cómo es esto posible? Seguro que Mario miente, que no cuenta toda la verdad. Y puede que tengan razón, puede que no cuente toda la verdad, pero solo por que la verdad es aun peor de lo que imaginamos. Estafa Piramidal
Para dilucidar la verdad recurriré a una comparativa que espero les haga entender la situación. ¿Se acuerdan de Madoff? Sí, el estadounidense que ha estafado a la mitad de los ricos americanos y que ha sido condenado a 150 años de cárcel. Bien, su sistema era simple en esencia, aunque complicado en ejecución. Convencía a las incautas víctimas de sus dotes asombrosas para la gestión productiva de grandes capitales. Una vez que se había hecho con el dinero del pardillo le hacía pensar que lo estaba invirtiendo de la mejor forma posible, generando altos beneficios a medio y largo plazo y protegiendo al 100% el capital inicial. Pero lo cierto es que era Madoff, que en teoría promulgaba una forma de negocio basada en la gestión inteligente e individualizada, estaba acumulando todo el capital de sus clientes en una cuenta única, una cuenta bancaria sin más, y desde allí, con meras transferencias, pagaba intereses a los socios antiguos con el capital entrante de los socios nuevos. Desde el principio su objetivo no fue hacer que los inversores ganaran dinero, si no robárselo de forma sibilina y con una anestesia local de intereses moderados. Todos pensaban que era el financiero más inteligente del mundo, cuando en realidad apenas llegaba a la categoría de ilusionista circense. Y es que, desengáñense, en economía no existe las fórmulas mágicas.
Con técnicas muy parecidas, cuando no más retorcidas por el carácter obligatorio de la contribución, España ha creado el ficticio Estado del Bien Estar. En principio los fondos públicos deberían estar siendo utilizados para generar un entramado social productivo, que engendre beneficios a largo plazo, ya sea para los que hoy contribuyen, como para la futura sostenibilidad de la estructura social del país. Pero lejos de esto, y hoy es más evidente que nunca, los fondos se están dilapidando en la manutención de los estratos más improductivos de la sociedad, hasta el punto de poner en riesgo las propias pensiones de los que hoy se esfuerzan y trabajan en pos de la comunidad. La cuestión es que nuestro Sistema solo podría funcionar si “todos” estuviéramos en disposición de contribuir. Pero la realidad es otra. No solo regalamos la vida a criminales, violadores y politoxicómanos con ingentes cantidades de dinero derrochado en programas de reinserción con escasa efectividad, si no que también reflotamos bancos y macroempresas especuladoras cómplices y partes activas en la degradación y destrucción de nuestra economía de base. Y estos son solo un par de ejemplos. Hay profesionales del paro, de la subvención, del subsidio y de la explotación del racismo, la marginación y la exclusión social como fuentes inagotables de dinero para poder pegarse la vida padre sin dar palo al agua.
El Sistema se nutre de nuevos socios; nunca faltan autónomos ilusionados y creyentes. Se alimenta de inversiones externas, como los fondos al desarrollo europeo. Pero es un sistema improductivo, derrochador, mentiroso… y lo que es peor, parece obviar que el contribuyente, tarde o temprano pedirá cuentas. Y cuando eso suceda saldrá a flote la mayor estafa piramidal de la historia de la humanidad: el famosos “Estado del Bienestar Español”, donde el que menos recibe es el que más da, un sistema que obvia derechos fundamentales de unos para regalárselos a otros, un sistema de agravios comparativos, en el que la condición social, el sexo, la religión y afiliación política son determinantes, ya sean para llevar una mejor o peor existencia.
Ojala, señores, este mal llamado Estado del Bienestar sea una más de las victimas de la crisis, así los trabajadores autónomos tendremos un enemigo menos del que preocuparnos.Mario López Sánchez (Delegado de Hostelería de ADEMYC, Montijo, Badajoz)