según comentaban ahora en la radio, los periodistas del mundo comprueban que la única testigo de cargo para condenar al único autor material supuesto, cambió de versión 3 veces, y a al tercera tras un supuesto apgo de 100.000€, un trabajo de guarda jurado para el marido de la rumana y una ayuda de víctima ...dijo ver cadáveres en uno de los trenes en que no hubo ni muertos ni heridos graves...
indican hacia el amigo de Rubalcaba de la comisaría de... pufffff que mal huelelllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/0 ... 55696.html
a condena de 40.000 años de cárcel a Jamal Zougam se sostiene sobre la exclusiva prueba de cargo del testimonio de
tres ciudadanos rumanos que dicen haberle visto en el tren de Santa Eugenia: R-10, C-65 y J-70, aunque el Supremo redujo la importancia del primero, que ni siquiera se presentó en el juicio. EL MUNDO ha detectado
indicios de manipulación policial y falso testimonio en la declaración de estos tres testigos.
Siete años después de los atentados, EL MUNDO ha localizado y entrevistado en Cluj-Napoca, una ciudad rumana, al testigo protegido R-10. Según consta en la sentencia redactada por el juez Javier Gómez Bermúdez, este es el único testigo que reconoció a Zougam antes de que se publicara su imagen en los medios de comunicación, concretamente el 16 de marzo de 2004.
Sin embargo,
R-10 desmiente este extremo de la sentencia. Asegura que sólo identificó al marroquí 10 días después, tras ver impresa su fotografía en un cartel distribuido por Interior en el aeropuerto de Barajas. Las dudas sobre esta prueba contra Zougam se extienden ante el hecho de que
la Policía le dio permiso a este testigo para no declarar en la vista oral.
En cuanto a la testigo protegido J-70, a cuyo testimonio el tribunal concedió credibilidad, cabe destacar que fue considerada en dos ocasiones falsa víctima y que
sólo 15 días después de ver fracasados sus intentos por obtener la correspondiente indemnización, transcurrido ya casi un año desde los atentados, fue cuando identificó a Zougam. Fue entonces cuando obtuvo la condición de víctima y terminó recibiendo 48.000 euros de indemnización.
Cuando dos abogados intentaron preguntarle a J-70 durante la vista oral del juicio sobre el hecho de que extrañamente tardara 11 meses en identificar a Zougam, el presidente del tribunal les interrumpió abruptamente y les obligó a cambiar de asunto.
El juez Gómez Bermúdez evitó dos veces que la testigo respondiese a la pregunta clave.
La investigación de EL MUNDO también pone en duda la credibilidad de la testigo C-65, quien engañó a la Policía, inventó hechos y cambio de versión para tratar de dar mayor verosimilitud a sus declaraciones. Primero aseguró en el Consulado de Rumanía que iba en el vagón con una compatriota distinta a la que dijo en el juicio que le acompañaba (es decir: se trata de una mujer que no es la testigo J-70).
También sostuvo ante los profesionales que la atendieron que tras las explosiones le cayó un cadáver encima, pese a que en el tren que viajaba no hubo muertos ni heridos graves.
El testimonio de C-65 está plagado de contradicciones. En su versión inicial dada a la Policía declaró que reparó en Zougam porque éste tuvo un incidente con otro pasajero al cambiar de vagón. Luego, ante Del Olmo aseguró que Zougam le "rozó" con la mochila. Cuando el proceso llegó a la Audiencia, dijo que el marroquí le había "movido de la silla".
Cabe destacar también que el marido de C-65 fue aceptado como víctima de otro tren, con dos particularidades: no sufrió heridas graves pese a viajar en el vagón más afectado -hasta el punto de que fue el que mayor número de muertos registró en Atocha-, pero sobre todo, declaró que viajaba con su cuñado (el hermano de la testigo), quien fue descartado como víctima por los forenses y a quien el juez propuso imputar por delito de simulación.
Tanto C-65 como su esposo fueron indemnizados (obtuvieron 100.000 euros), recibieron la nacionalidad española y fueron contratados por la empresa de seguridad del empresario Lorenzo González, que mantiene una relación estrechísima con altos mandos de la Policía española. Entre otros, es amigo íntimo del comisario jefe de la Policía Judicial, Juan Antonio González.
El empresario Lorenzo González, muy conocido en el sector, alcanzó notable relevancia pública en febrero de 2009, cuando se conoció su participación en una
montería en el coto jiennense de Cabeza Prieta junto al entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo (que dimitió en mitad de la tormenta provocada por el incidente), el juez Baltasar Garzón, la fiscal Dolores Delgado y el comisario Juan Antonio González.
la cara que se te queda del agroporro este, tu.