La agricultura ecológica
¿Realmente no hay otra solución tecnológica? En realidad sí existe y ha
existido desde siempre y se llama agricultura ecológica. Si observamos
el enfoque de la agricultura ecológica, ésta procura usar técnicas
compatibles con las leyes de la naturaleza, prohíbe el uso de
fertilizantes, pesticidas químicos de síntesis y transgénicos por lo
que la exposición al peligro de enfermedades tan graves como el cáncer
disminuye.
A la par, los estudios científicos refieren que la calidad
nutricional de los productos ecológicos es muy superior a la calidad de
los productos obtenidos con la revolución verde, también denominados
'convencionales'. Esta mayor calidad biológica de los alimentos
ecológicos se ha comprobado en diferentes pruebas biológicas. La más
antigua se realizó en Nueva Zelanda en los años 40 (Daldy, 1940), donde
se comparó el efecto de la dieta ecológica en escolares, a los cuales
se les suministró estos alimentos durante dos años. Al cabo de este
tiempo, se comprobó que su salud dental era mucho mejor, presentaban
mayor resistencia a la fractura de huesos, la incidencia de gripe y
resfriados habia disminuido notablemente, su tiempo de convalescencia
era menor y su salud en general era mucho mejor.
Por supuesto que esta evidencia fue negada por décadas, tal como se
negó el efecto dañino del tabaco en los años 50 (ver artículo 'Tabaco y
transgénicos con T de trampa", de Fernando Alvarado), dándose a conocer
estudios que afirmaban "los alimentos ecológicos tienen la misma
cantidad de nutrientes que los convencionales", los cuales fueron
difundidos por científicos mercenarios.
A mediados de los años 70, los trabajos de Schuphan (Schuphan, W.
1975. "Yield Maximization versus biological value". Qual. Plant. 24,
281-310) como resultado de 12 años de investigación, mostraron que los
productos ecológicos superaban a los convencionales en el contenido de
proteínas (18%), vitaminas (28%), azúcares totales (19%) y en
minerales, como el hierro (17%), potasio (18%), calcio (10%) y fósforo
(13%). A la par, se demostró que los alimentos ecológicos nos aleja de
componentes indeseables porque llevan 93% menos de nitratos, 42% menos
de aminoácidos libres y 12% menos de sodio.
Los estudios realizados por la Rutgers University (Heaton, 2002) de
Reino Unido, prueban la superioridad de las hortalizas ecológicas en el
contenido de minerales, el cual es mayor en 10 y 50 veces al contenido
de aquellas convencionales que se han obtenido por la revolución verde.
Otros estudios realizados en Reino Unido en 1992 concluyeron
(Heaton, 2002) que una mejora en el suministro de vitaminas y minerales
a través de alimentos ecológicos, podría reducir el cáncer en un 20%,
las enfermedades cardiacas en un 25%, la artritis en un 50% y el
alcoholismo en 33%.
En 2007, oficialmente, y luego de un estudio de dos años que costó
20 millones de dólares a la Unión Europea, se reafirmó que los
alimentos ecológicos son mucho mejores. Entre muchos resultados se dio
a conocer, por ejemplo, que los alimentos ecológicos pueden tener de
20% a 90% más antioxidantes, sustancias que tienen la cualidad de ser
anticancerígenas.
Igualmente convincente resultan los estudios con seres humanos
alimentados con productos ecológicos, los cuales demuestran efectos
provechosos reales sobre su salud. Así se tiene que, las terapias
alternativas para curar el cáncer han logrado buenos resultados
basándose en el consumo exclusivo de alimentos orgánicos (Independent
Science Report, 2007). Las terapias nutricionales anticáncer buscan
evitar en lo posible contaminantes y toxinas, y más bien, promueven el
consumo exclusivo de alimentos ecológicos para aumentar la ingesta de
nutrientes.
Conclusión
La revolución verde dio a luz agroquímicos con el argumento de ser la
salvación y el camino para la obtención de grandes cantidades de
alimentos; la historia ha demostrado que ni han logrado incrementar
sostenidamente la producción ni menos han resultado ser la salvación al
hambre del mundo. La biotecnología moderna con sus transgénicos, tiene
la misma raíz de origen y se presenta con el mismo argumento
¿deberíamos ser igualmente crédulos y admitir su promoción en el Perú?
La buena memoria, el buen criterio y la sensatez nos lleva a
recomendar y preferir el consumo de alimentos ecológicos que ya tenemos
en las bioferias (Miraflores, San Isidro en Lima y, en las ciudades de
Huancayo y Huánuco), también en las casas de comercio justo (K’antu, en
Lima; Qosqowasinchis, en Cusco; La Casa del Corregidor, en Puno), el
Punto Justo y Sano de San Borja y la BioTienda en Miraflores. Evitemos
los alimentos convencionales, especialmente los más fumigados con
pesticidas como el tomate, la cebolla, la papa, la manzana y la fresa.
No consumamos alimentos transgénicos que predominan en los alimentos
procesados con soya, maíz y canola.
Finalmente, exijamos la moratoria por cinco años al ingreso de
transgénicos al Perú y también, la promulgación inmediata de la Ley del
etiquetado, con la cual podamos conocer aquellos alimentos que
contienen transgénicos en su composición, propuesta ya presentada pero
que actualmente duerme en el Congreso.
Sumemos voluntades y esfuerzos, la sociedad civil es mayoría y podemos hacer valer nuestros derechos
Silvia Wú Guin , Directora Ejecutiva RAE Perú,
silviawuguin@hotmail.com
Fernando Alvarado de la Fuente, Presidente Centro IDEAS, Vice Presidente RAE Perú,
bioferdi@hotmail.com