Publicado: 15 May 2006, 09:52
"LEIDO EN LA PRENSA"
Un nuevo método estadounidense para fumigar los árboles por su interior empieza a generalizarse.
Evita la dispersión de productos químicos en el ambiente que implica la pulverización desde arriba de los árboles.
Endoterapia. La tecnología, exportada desde Italia a donde llegó procedente de Estados Unidos, es sencilla. Consiste en la inyección en el tronco de una sustancia antiparasitaria adecuada a cada árbol y especie, efectuándose el transporte del producto a través de un sistema interno de "venas" de forma que llega hasta la rama más alta. De esta forma se permite el control de cualquier problema que se pueda presentar.
Este método sanitario es utilizado por cooperativas agrícolas o instituciones privadas.
El sistema tradicional que implica arrojar los productos antiparasitarios desde la parte alta de los árboles ha sido la única fórmula utilizada hasta ahora, aunque muchos ayuntamientos han desistido de utilizarla en los últimos años por distintas razones.
La primera es el tamaño de los árboles. Muchas veces su altura y corpulencia impide usar esta técnica sino es utilizando grúas y muchos operarios. Más importantes son los riesgos higiénicos sanitarios que se pueden producir debido a la dispersión de productos químicos en zonas habitadas.
Siempre hay que tener en cuenta que la pulverización implica también una pérdida abundante en el aire de las sustancias curativas. Algunas cifras hablan hasta de un 80% de producto perdido.
Taladros en el tronco
Con la endoterapia todos estos problemas se evitan de raíz. El sistema consta de un ordenador a través del cual se controla el estado y la salud de cada árbol. Una vez se sabe cuál es la situación del ejemplar se le prepara una solución antiparasitaria mezclando los productos químicos necesarios. Mientras tanto, un operario, utilizando un taladro, practica unos agujeros donde posteriormente se incrustan unos inyectores a los que conectan unos tubos por donde se transportará la mezcla curativa.El propio programa informático indica dónde colocar los inyectores. Javier Legarreta, director gerente de la empresa que provee de este nuevo servicio indica que «en ocasiones nos encontramos con zonas, que nosotros llamamos de "caries", áreas donde está enfermo el árbol, y entonces tenemos que picar más arriba».El proceso de inyección es rápido. El calculo medio es que para un árbol con un tronco de un metro de perímetro se tarde entre cuatro y cinco minutos.Tras finalizar la inyección «les aplicamos un bálsamo especial en las perforaciones realizadas para procurar un cicatrización rápida. Y hasta el año que viene ya no tocaremos ese árbol», indica Javier Legarreta.
La endoterapia también implica un conocimiento de los árboles que permite realizar un seguimiento anual de su crecimiento «y nos permite incluso saber la edad de cada ejemplar con un escaso margen de error, sin necesidad de tener que cortar el tronco para contar los anillos», concluye Legarreta.
Un nuevo método estadounidense para fumigar los árboles por su interior empieza a generalizarse.
Evita la dispersión de productos químicos en el ambiente que implica la pulverización desde arriba de los árboles.
Endoterapia. La tecnología, exportada desde Italia a donde llegó procedente de Estados Unidos, es sencilla. Consiste en la inyección en el tronco de una sustancia antiparasitaria adecuada a cada árbol y especie, efectuándose el transporte del producto a través de un sistema interno de "venas" de forma que llega hasta la rama más alta. De esta forma se permite el control de cualquier problema que se pueda presentar.
Este método sanitario es utilizado por cooperativas agrícolas o instituciones privadas.
El sistema tradicional que implica arrojar los productos antiparasitarios desde la parte alta de los árboles ha sido la única fórmula utilizada hasta ahora, aunque muchos ayuntamientos han desistido de utilizarla en los últimos años por distintas razones.
La primera es el tamaño de los árboles. Muchas veces su altura y corpulencia impide usar esta técnica sino es utilizando grúas y muchos operarios. Más importantes son los riesgos higiénicos sanitarios que se pueden producir debido a la dispersión de productos químicos en zonas habitadas.
Siempre hay que tener en cuenta que la pulverización implica también una pérdida abundante en el aire de las sustancias curativas. Algunas cifras hablan hasta de un 80% de producto perdido.
Taladros en el tronco
Con la endoterapia todos estos problemas se evitan de raíz. El sistema consta de un ordenador a través del cual se controla el estado y la salud de cada árbol. Una vez se sabe cuál es la situación del ejemplar se le prepara una solución antiparasitaria mezclando los productos químicos necesarios. Mientras tanto, un operario, utilizando un taladro, practica unos agujeros donde posteriormente se incrustan unos inyectores a los que conectan unos tubos por donde se transportará la mezcla curativa.El propio programa informático indica dónde colocar los inyectores. Javier Legarreta, director gerente de la empresa que provee de este nuevo servicio indica que «en ocasiones nos encontramos con zonas, que nosotros llamamos de "caries", áreas donde está enfermo el árbol, y entonces tenemos que picar más arriba».El proceso de inyección es rápido. El calculo medio es que para un árbol con un tronco de un metro de perímetro se tarde entre cuatro y cinco minutos.Tras finalizar la inyección «les aplicamos un bálsamo especial en las perforaciones realizadas para procurar un cicatrización rápida. Y hasta el año que viene ya no tocaremos ese árbol», indica Javier Legarreta.
La endoterapia también implica un conocimiento de los árboles que permite realizar un seguimiento anual de su crecimiento «y nos permite incluso saber la edad de cada ejemplar con un escaso margen de error, sin necesidad de tener que cortar el tronco para contar los anillos», concluye Legarreta.