Como apasionado de la etnología y de la ovinotécnia en general, me encanta ver como en nuestro foro se viene hablando, desde hace ya tiempo, de razas ovinas para la producción cárnica, que hasta ahora nadie comentaba: Dorper, Suffolk, White Suffolk,Poll Dorset, etc. Incluso veo que aparecen otras de las que yo reconozco no haber oído hablar: RC (no se ni como se llama ni cual es su origen) y Azabache (¿????).
Todo esto, desde mi modesto punto de vista, viene motivado por el creciente interés (¡ya por fin algunos se han caído de la burra!) por la exportación de corderos pesados. Comentar que todo este movimiento no es nuevo ni novedoso y que ya, en varios momentos de nuestra historia ganadera, ha habido pruebas e intentos de introducir razas foráneas para la mejora de la producción cárnica. Incluso hubo proyectos bastantes ambiciosos y con buenos resultados (aunque no tuvieron continuidad en el tiempo) donde se divulgó el cruzamiento industrial y mejorante de la cabaña ovina merina de Extremadura. Lo que si es novedoso es el intento de crear algún tipo de raza sintética en España que pudiera ser la idónea para la mayoría de nuestros sistemas productivos en ovino de carne (si excluimos la creación de la Salz en Aragón y la INRA 401 en Francia).
Quisiera traeros un enlace sobre un tema que se inició en su día (12 de abril de 2010) en este foro en el que os daba datos e imágenes de lo conseguido simplemente con un buen rebaño de Talaveranas y carneros de razas Ile de France, Fleischchaf y Berrichon du Cher.
http://www.agroterra.com/foro/foros/gan ... de%20carne
¿Os parecen canales adecuadas para exportación (independientemente de algún desperfecto por un mal faenado)?.
Si os releéis lo que en su día comentábamos creo que es de la máxima actualidad.
El proceso productivo es extrapolable a cualquier rebaño comercial, de una cierta calidad, de cualquier raza autóctona del tronco entrefino o merino con unas mínimas previsiones de instalaciones, manejo, alimentación y control sanitario.
Por tanto, mi conclusión es que están muy bien las pruebas e iniciativas tanto de ganaderos ya existentes o nuevos que se incorporan, intentando encontrar su fórmula genética de madres y reproductores ideales para su explotación. Pero aquel que quiera apostar sobre seguro e iniciar o reconvertir su explotación, sabe que ya hay fórmulas inventadas y contrastadas que funcionan.